No hay nada peor que un amigo sprite.
Ese híbrido raro que cuando estas sol@busca la manera de hablarte, invitarte a salir por razones que no tienen nada que ver con una cita y no son lo suficientemente valientes para cruzar la línea entre el amigo y el "algo más"... son sprite. Una lata. Una babosa. El chicle que se te pegó al zapato al cruzar la calle. El aceite que te quedó en las manos después de comer papas fritas recién hechas. El maldito pelo que encontraste en tu comida. El final que te embarró la serie o el idiota que te contó cómo terminaba.
Podría seguir dando ejemplos, pero siento que no vale la pena. Se entiende bien a lo que voy.
De los amigos sprite que me ha tocado (y hablo de esos que se nota que lo son hasta el punto de ser patéticos como tal) he llegado a la conclusión que a todos ellos les faltó seguridad y carácter para decir "aquí es donde quiero estar" y tomar una verdadera decisión en sus manos. No ese típico te acompaño o que se ve linda tal o cual cosa.
No se confundan, las mujeres no quieren eso, no quieren un lamebotas a su lado.
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